Prohibida

Él le hacía el amor con su canción favorita la letra decía: "escurridiza y siniestra mis ojos secuestras" "tu saliva en mi cuelo...", ella no se desnudaba aún completamente pero disfrutaba plenamente como su boca recorría por todo su cuerpo, no hubo un centímetro que él deje de besar, besó todo, sus pies, sus manos su espalda, su cuello, su sexo, ahí era la parte gloriosa de ese encuentro porque al hacerlo ella veía de verdad el paraíso, sus pensamientos solo se centraban en aquel sexo oral que ella siempre quería pero que nadie se lo había hecho, creo que el amor se divide en dos, porque tener sexo de esa forma era lo mejor, no quería que pare nunca, él hacia bien su trabajo, porque era experto en la materia, sabía donde sabía como y en que momento, parecía que había llevado un curso intensivo de las partes de vagina, porque lo sabía absolutamente todo.